DANZA

El mundo de la danza brilla en Málaga

María Sanchez y bailarinas

Una nueva generación de bailarines malagueños de gran nivel llamados a despuntar en el mundo de la danza nacional e internacional.

Si hay algo que emociona y llena los sentidos es sin duda la danza, gracias a la integración de coreografía, escenografía y música. No todos están llamados a triunfar en un mundo que requiere mucho sacrificio y dedicación. Pero los que triunfan tiene ante sí un mundo de reconocimientos y la admiración del público que se rinde ante sus pies.

Pero para poder llegar hasta ahí hace falta una buena preparación y es en Málaga donde se encuentra una de las más prestigiosas academias de danza: Izansdance, ejemplo de superación y profesionalidad que trasmite a sus alumnos. 

María Sánchez lleva toda una vida dedicada al baile y diez años al frente de esta academia. “La danza llena en otros sentidos, especialmente el emocional. Psicológicamente te hace más fuerte y sensible a la vez, mejora tu percepción de la vida y te hace crecer en valores humanos”, comenta la directora de Izansdance. Dedica a sus alumnos todo su tiempo y atención porque, aunque grandes bailarines y con mucho talento, no tienen un gran poder adquisitivo y supone un gran esfuerzo para sus familias. Por ello, bajo la dirección de María Sánchez, bailan en diferentes espectáculos para conseguir dinero para los viajes y las inscripciones de los campeonatos. 


Entre estos futuros triunfadores en la danza, encontramos a cuatro chicas y un chico llamados a despuntar tanto nacional como internacionalmente. “Hacía mucho tiempo que no salían bailarines de este nivel desde Málaga”, dice María. “Es un grupo, con mucha personalidad y con diferentes proyecciones, en especialidades de danza clásica y baile contemporáneo”. Pese a su juventud tienen las ideas muy claras y saben dónde dirigir su futuro, sin embargo, lamentan que para triunfar hay que salir de España.

Marina Díaz tiene 24 años y empezó a bailar desde muy pequeña en el colegio. Estudió nueve años en el Conservatorio de Málaga hasta el Profesional y a los  20 años entró en Izansdance porque tenía claro que lo suyo es el baile y quería seguir bailando y que compagina con clases en el Conservatorio de Danza Superior de Málaga para centrar su carrera profesional en la docencia. “A partir de aquí sólo hay dos caminos, abrir una academia de baile o presentarse a las oposiciones del Conservatorio”, dice Marina y añade que “el mundo del baile profesional en una compañía de baile, es más complicado ahora con 24 años, porque requiere salir de España”.

Bárbara Ortega tiene 17 años. Supo que lo suyo era la danza con 8 años y se puso en manos de María Sánchez. Acaba de aprobar la EBAU y quiere compaginar sus estudios de Relaciones Internacionales con el baile, porque su futuro está en la danza, confiesa. Actualmente sigue formándose realizando un curso de técnicas de danza y repertorio en Bruselas, Sueña con ser una primera bailarina de una gran compañía y está a las puertas de conseguirlo ya que la Escuela de Ballet del Teatro Bolshói le ha ofrecido una gran oportunidad tras ver un video suyo bailando.

“Estoy muy ilusionada, nos cuenta, pero también preocupada porque sin una ayuda económica va a ser muy difícil ya que los gastos son elevados y no sé si mis padres podrán afrontarlo”. Bárbara insiste que faltan ayudas y becas a las que acogerse “como existen para el fútbol o el baloncesto”. 

Elena Racero tiene 22 años. Desde muy pequeña la danza española está presente en su vida. Inició este camino en el Conservatorio de Málaga y con 12 años entra en la academia Izansdance, con danza clásica. Aunque comenzó a estudiar Magisterio, un accidente de coche, con 18 años, dio un giro a su vida y tomó la decisión de centrarse en las Artes Escénicas. “Mi sueño había sido siempre las Artes Escénicas y lo tenía aparcado. Creo que el accidente me hizo darme cuenta de que tenía que dedicarme a lo que realmente me gusta. Me gustan los musicales y el cine, al igual que cantar y bailar. Por eso, es el momento de centrarme en ello”. Para ello Elena se está formando y combina sus clases de baile con clases de canto e inglés. Durante un año asiste a un curso de Artes Escénicas en Madrid que tiene que dejar porque “los desplazamientos estaban siendo duros y costosos”, cuenta.

Este año ha empezado a estudiar en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, ESAD, que compaginará con los estudios internacionales oficiales de Advance Ballet en Izansdance para seguir preparándose en danza clásica, base para los musicales. Sabe que a partir de ahí tendrá que salir de Málaga, incluso de España, para materializar su sueño de trabajar en musicales y en el cine, y pone ya su vista en los Estados Unidos.

Elsa Favre, tiene 21 años. Empezó bailando de pequeña y aunque lo dejó a los 7 años, lo ha retomado hace un año para centrar sus estudios en la interpretación. “La danza es importante para esta carrera en el teatro musical”, dice.

Ha estudiado arte dramático en el TAI Escuela Universitaria de Artes de Madrid y, actualmente, en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, ESAD, y continúa avanzando de la mano de María Sánchez en danza clásica. Elsa cuenta que le “gustaría ser parte del elenco de un musical aunque también miro al futuro y la dirección de producción es algo que también me atrae”. En cualquier caso, al igual que sus compañeras, tiene claro que tendrá que salir de Málaga para trabajar y pone ya sus ojos en París.

Aaron Thakurdas, bailarín de 20 años, empezó en la danza con 16 años de la mano de María Sánchez. Entró por casualidad. “Un día, María me vio haciendo acrobacias en la playa y me ofreció aprender danza clásica. Fui y aunque al principio lo veía un poco raro, tras un tiempo volví cuando comencé a interesarme por la danza urbana. Entonces María me ofreció una beca para bailar en su academia”. Ha terminado un Módulo Superior de Acondicionamiento Físico. Cuenta que las “dos cosas que más me gustan son el baile y el deporte”. Actualmente se está formando en la especialidad de danza contemporánea y quiere seguir sus estudios en una escuela en Madrid.

Son ya cuatro años con María. “La experiencia ha sido muy buena. No sólo te enseña a bailar, también valores y a disfrutar con lo que haces”, por eso le gustaría aprovechar todo lo aprendido para transmitirlo a través de la docencia. Tiene claro que le gustaría formar parte de una compañía de baile contemporáneo, aunque sabe que para eso deberá irse fuera de España.

Una academia de prestigio

La academia Izansdance dispone de la autorización CID-UNESCO por el cual los bailarines  pueden obtener certificados internacionales en danza clásica tanto en niveles elementales, profesionales y avanzados, con proyección internacional para optar a becas o trabajar en centros de prestigio mundial o en compañías de baile y danza.

Asimismo, María Sánchez daba a principios de año a un paso más en esta disciplina artística impulsando la primera plataforma online de formación para las oposiciones de danza y que ya está despertando enorme interés.