Al entrar en una residencia, esta relación que se tiene con los hijos y nietos debe continuar reforzándose para que los mayores mantengan su rol dentro de su núcleo familiar y se sientan queridos. Así lo expresa la directora Sanitaria de ORPEA, Victoria Pérez: “Sabemos que la salud física y psicológica de la persona mejora cuando los lazos afectivos familiares son fuertes. Por tanto, para proporcionar una atención integral al mayor, debemos tener en consideración esta dimensión social y, en concreto, familiar”.
Para ORPEA, las familias juegan un papel fundamental en la calidad de vida de los residentes, por eso se les hace partícipes de la atención desde el primer momento. Además, los equipos multidisciplinares ofrecen información y asesoramiento a los familiares para mantener una relación más cercana y afectuosa con sus progenitores.
Precisamente para reforzar estos vínculos, en todas las residencias ORPEA el mayor puede recibir visitas en cualquier momento del día. “Esta flexibilidad horaria favorece el incremento de visitas, lo que repercute de manera favorable en la mejora del estado emocional, tanto de los residentes como de los familiares”, asegura la doctora Pérez. “Además, es un ejemplo de transparencia de cómo se trabaja en nuestros centros”.
Comedores de invitados para sus familias y amigos
Aunque los residentes pueden salir a comer con sus familias o pasar unos días con ellos, lo que fomenta el contacto con sus seres queridos, la mayoría prefieren quedarse en el centro, sobre todo si no tienen buena movilidad o funcionalidad.
Para dar cabida a este requerimiento, los centros ORPEA también abren sus puertas a familiares y amigos de los residentes que quieran disfrutar de una comida, merienda o cena en ambiente más íntimo y acogedor. Se trata de los comedores de invitados, unos espacios diseñados a tal fin dentro del propio centro, y que dan acogida a las familias que lo soliciten. “Estos comedores ofrecen un espacio reservado para que las familias se sientan como en casa y puedan compartir una comida especial con su padre, madre, hermano, etc.”, indica la doctora Pérez.
“Las horas de las comidas son grandes momentos de encuentro, es importante que las familias compartan este tipo de reuniones dentro o fuera de la residencia, especialmente en personas con deterioro cognitivo, les ayuda en el proceso de socialización y fortalece los lazos familiares a través del reencuentro como si de una terapia de reminiscencias se tratase”, reconoce la directora Sanitaria de ORPEA.
Los familiares y amigos que acuden al comedor de invitados degustan las mismas opciones de menú del día que comen los residentes, siempre variado y equilibrado. Si bien pueden optar con un menú especial con platos más elaborados.
En cuanto a la logística, tan sólo es necesario un preaviso de 42 o 72 horas para que el jefe de cocina pueda poder disponer de la materia prima necesaria.